Alejado de los cenáculos literarios capitalinos y del casino mediático en el que muchos escritores se juegan fortunas efímeras, José Carlos Llop (Mallorca, 1965) lleva cuatro décadas construyendo con el distanciamiento del dandi una obra literaria, compuesta de libros de poesía, dietarios, novelas, artículos periodísticos, que gira en torno a la memoria íntima y colectiva. A paisajes físicos y sentimentales como Mallorca y el Mediterráneo, el París de la ocupación en el que se cruza con Modiano, la Trieste de Magris o la Alejandría de Durrell. Todo desde una buscada periferia que le lleva a definirse como un hombre antiguo y en la que es inevitable ver referencias del apacible conservadurismo proustiano.
LEER ARTÍCULO EN ELMUNDO.ES (SUSCRIPTORES)
0 comentarios