En su reciente Los derechos en broma (Ed. Deusto, 2023), Pablo de Lora ha arremetido en contra de la perversa moralización de la política, que es todo lo contrario a una defensa de la virtud publica. Decía Deirdre McCloskey en su ya clásico tratado sobre las virtudes burguesas que, sin una cultura y unas formas previas, no habría triunfado la democracia liberal y quizás, sin ellas, tampoco logre subsistir. Son cosas que uno piensa y repite sin que acabe de entender por qué no las vemos todos un poco más claras. A iluminar este debate, oscurecido por esas turbias fuentes del deseo de las que mana el poder –o los poderes–, acude el libro de Pablo, fino y provocador como siempre, incisivo e inteligente como nos tiene acostumbrados, incluso cuando se discrepa.
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