Los dos acontecimientos centrales este verano en la política española –aparte de los resultados electorales del pasado 23 de julio– han tenido lugar durante un tórrido mes de agosto. El primero fue la sorprendente marcha de Iván Espinosa de los Monteros, uno de los hombres fuertes de Vox. El segundo, la elección de Francina Armengol como nueva presidenta del Congreso.
En el primer caso, la clave se encuentra en el mensaje: Vox pierde a sus componentes liberales –en lo económico–, cuya idiosincrasia –frente a las facciones antisistema del partido– quizás sea más cercana al votante tradicional del PP. ¿Supone esta fractura en la formación verde el indicio de un futuro reagrupamiento del voto conservador en torno a los populares? Es demasiado pronto para saberlo –y la torpeza de Feijóo en sus mensajes públicos no parece invitar al optimismo–, pero sí augura futuras complicaciones para el partido de Santiago Abascal.
LEER ARTÍCULO COMPLETO EN THE OBJECTIVE.
0 comentarios