Cuando el verano se abre (Norberto Alcover)

por | Jun 23, 2023 | Florecer | 0 Comentarios

No es que esté, ya, abierto, pero comienzan a darse síntomas climatológicos que lo apuntan, y además, con el proceso electoral entre las manos, parece que todos nos agitamos un tanto porque las inseguridades vacacionales se han puesto sobre el tapete. Precisamente por estas razones, bueno será dar algunas pistas de personas y de textos adecuados para estos días y los que vendrán. Se trata de convertir en palabras escritas lo que bulle en el interior del propio corazón inteligente. Y cada uno verá.

En 1999, Alain Touraine lanzaba su ¿Cómo salir del liberalismo?, y Josep Ramoneda, siempre atento y certero, nos asomaba a esta especie de abismo que es Después de la pasión política. Ambos libros me fustigaron entonces frente al desconcierto ideológico dominante pero también al intentar descubrir de qué iba realmente ese fantasma que se extendía por Europa y que se llama liberalismo. Desconozco hasta qué punto sea posible encontrarlos hoy día, pero quedan recomendados para lectores que vayan más allá de los «hechos puntuales» que nos dominan. Porque aunque las elecciones estén al caer, muchos españoles las enfrentan con interrogantes idealógicos (nótese que la palabra es con a y no con o), además de intentar descifrar las últimas significaciones de las actitudes liberales… después que los representantes del comunismo más radical hayan enseñado sus cartas. Quedarte en las siglas de los grupos políticos solamente excita nuestras pasiones más elementales y se hace necesario ese costoso trabajo de reflexionar sobre la vida y sus peripecias.

Pero además, llevo entre las manos varios volúmenes que ocupan mis horas de ocio… o de trabajo. Sea el primero un nuevo texto de Teodoro Suau, nuestro excelente deán catedralicio, titulado Conta el nostre secret: Historia de un llibre: L’Evangeli de Marc. De nuevo, Suau ficciona el nacimiento y desarrollo del evangelio que parece haber sido el primero en escribirse por un personaje casi contradictorio e inserto en la realidad judía del momento, con extensiones al futuro de la naciente iglesia cristiana. Despide un sabor entre histórico/religioso y una aventura literaria llamativa, lo que le hace de interesante lectura tanto para creyentes como para interrogantes. Es verdad que la edición pudo mejorarse, pero el lector superará esta pequeña dificultad. Y el segundo volumen que me ha llenado de sorpresa tiene como autora a una buena amiga de momentos madrileños, la religiosa del Sagrado Corazón Dolores Aleixandre, quien aborda nada menos que Las puertas de la tarde: envejecer con esplendor. Después de leer bastantes obras sobre tal momento de la vida, que es el de uno mismo, estas páginas, de tanta belleza como hondura, me parecen las más sugestivas, sobre todo porque su itinerario discurre sobre textos bíblicos, tan bien recuperados por la autora. Parece mentira como el paso de Dios es el paso del hombre.Una delicia.

Estoy sumergido, a ratos que necesitan ser un tanto amplios, en la reciente novela del embajador Jorge Dezcallar, en su momento Director del CNI español, y por lo tanto excelente conocedor de las relaciones internacionales desde las alturas y no menos de las bajuras. Su título Falsa bandera: del Kremlin a Tinduf. Su medio geográfico: una Argelia oscura, un Marruecos peligroso, una España ambigua y todo un memorial de nombres y lugares de esa geografía desconocida en profundidad para el resto de los mortales. Y en medio de tantas denominaciones de origen, ese Sáhara al que hemos abandonado sin saber exactamente por qué, si bien nuestro Presidente lo sabe muy bien. Ese profesional que lleva por nombre Asís, conduce la narración, que, en determinados momentos, pudo ser más estricta, pero siempre sorprendente por las oscuridades que penetra. Quien, sobre todo, haya leído su excelente Abrazar el mundo: hacia dónde vamos, podrá comprobar que determinados comentarios sociopolíticos del volumen se proyectan en la novela propuesta. Es una maravilla comprobar lo poco que sabemos de las relaciones internacionales, pero sobre todo, de los hombres y mujeres que las protagonizan.

Acabo este recorrido haciendo parada y fonda en un breve texto de una hondura y significado sorprendentes: Florecer, de nuestro compañero de páginas Daniel Capó. Solamente escribir que, en una sociedad hundida en el pesimismo precisamente por ser tan frívola, Capó entona un cántico sereno pero muy firme a la esperanza, en virtud de lo que llama «florecimiento». Escrito en la segunda parte por Calos Granados, apunta a ser una especie de breviario de humanidades contemporáneas, precisamente cuando esas mismas humanidades son despreciadas por el pragmatismo que nos invade. En su brevedad, estas páginas encierran palabras tan ciertas como éstas: «Necesitamos ser nombrados para reconocernos, al igual que necesitamos ser amados para que nuestros afectos crezcan, maduren y se atrevan a desvelar lo oculto» (pág. 50). Y tantas otras palabras ungidas de humanidad.

Estos tiempos que vivimos, hundidos en tanta pasión política, como escribíamos al comienzo, debieran ser también tiempos de soledad personal perseguida para serenarse el ánimo, para leer pacientemente y sobre todo, para sobrellevar el calor con la frescura de esos libros que nos permiten sobrevivir en «tiempos del cólera». Y si les queda tiempo libre, qué maravilla, más allá de la lectura, queda la conversación, las palabras comunicadas en la quietud, que nos trasladan hasta algún otro u otra para quedarnos allí, y comenzar una nueva vida. Casi nada.

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Daniel Capó

Daniel Capó

Casado y padre de dos hijos, vivo en Mallorca, aunque he residido en muchos otros lugares. Estudié la carrera de Derecho y pensé en ser diplomático, pero me he terminado dedicando al mundo de los libros y del periodismo.

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