Editor, traductor, crítico literario, poeta, intelectual de largo alcance, colaborador en THE OBJECTIVE, la obra del mallorquín Andreu Jaume (Palma, 1977) se mueve entre los ecos de la alta cultura y la experiencia de la contemporaneidad. Acaba de publicar Tormenta todavía (Ed. Sloper, 2022), su último libro, un largo poema de madurez, transido de misterio y reflexión. En El salón contemporáneo, Andreu Jaume conversa con su paisano Daniel Capó en torno a la literatura, el mito de la paternidad, la dialéctica entre el amor sagrado y el amor profano y el silencio de Cordelia como sostén del mundo.
Andreu, Tormenta todavía es el poema de la madurez o, al menos, de la entrada en una primera madurez. Pero, antes de hablar de ello, me gustaría preguntarte por el origen, por el primer encuentro con la poesía y su misterio. ¿Cómo llegas a la literatura y, más en concreto, a la poesía?
En primer lugar, quería darte las gracias por esta conversación. Es un placer hablar contigo en público como lo hemos hecho tantas veces en privado. Sobre mi encuentro con la poesía, pues la verdad es que tuvo lugar a una edad muy temprana. Debería tener yo ocho o nueve años cuando mi abuelo Andreu, que era médico y buen lector, me recitó de memoria varios poemas favoritos suyos, de la escuela mallorquina, entre ellos, sobre todo «El pi de Formentor» de Costa i Llobera y «La Reliquia» de Joan Alcover. Luego me obligó a aprendérmelos de memoria y ahí siguen y seguirán hasta el final. Recuerdo sobre todo la impresión que me produjeron entonces algunas imágenes que no entendía, como «faune mutilat», un fauno mutilado, que para mí sigue teniendo propiedades mágicas. Iniciarme en la poesía supuso sobre todo descubrir otro estado posible de la lengua, relacionado con algo sagrado, con la naturaleza y el paso difícil del tiempo.
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