El profesor de derecho constitucional Josu de Miguel (Bilbao, 1975), es uno de los pensadores más finos y agudos de la actualidad. Columnista habitual en las páginas de THE OBJECTIVE, acaba de publicar Libertad. Una historia de la idea (Athenaica Ediciones, 2022); un extraordinario ensayo sobre la genealogía de la idea de la libertad y su encaje -no siempre sencillo- con el desarrollo de la igualdad en las sociedades democráticas. En esta larga y honda conversación, Josu de Miguel reflexiona sobre la crisis de nuestra época con una amplitud y una profundidad inusuales en el debate público actual.
PREGUNTA – Josu, dices que «no es posible considerar una humanidad digna de tal nombre sin un mínimo de libertad y espacio propio que disfrutar». ¿Dirías también que todas las ideologías -incluso las más autoritarias- comportan un determinado ideal de libertad? ¿Se puede pensar políticamente sin acudir al debate sobre la libertad?
RESPUESTA – Efectivamente, no creo que se pueda pensar políticamente sin acudir al debate de la libertad porque como rasgo innato o adquirido, la libertad forma parte del equipaje antropológico del ser humano. Por lo tanto, será una cuestión que de un modo o de otro se tendrá que abordar en el contexto de lo que hemos intentado construir alrededor de la democracia constitucional. El problema de fondo es que la libertad es una idea que, si bien se hace en la historia, está básicamente construida por la teoría liberal y el liberalismo es una ideología no solo diversa y con distintas manifestaciones, como muestra Michael Freeden, sino cada vez más rechazada para organizar la relación entre el Estado y la sociedad. La desaparición del liberalismo –por acoso de los populismos o por falsificación intelectual- tiene numerosos responsables, pero dibuja un escenario muy poco alentador para nuestras democracias en crisis.
0 comentarios