El Gobierno ha decidido seguir la iniciativa de Italia y Francia, y lanzar un paquete de bonos culturales por valor de 400 euros para los jóvenes que estrenan mayoría de edad. La idea del dinero en el bolsillo no me parece ni mala ni buena, aunque en la cultura creo que deben regir otros principios. Digo que no me parece ni mala ni buena, porque sí hay otras políticas abiertamente nefastas para un país. Por ejemplo, mantener sistemáticamente un déficit y un endeudamiento públicos abultados, subir los tributos todos los años e imponer un modelo educativo que da la espalda al conocimiento en nombre de una pseudociencia que se somete a criterios tan variopintos como las inteligencias múltiples, la educación emocional y cosas aún peores. Prefiero los bonos –es decir, la transferencia de dinero directamente a los bolsillos– antes que la propaganda, las esculturas en las rotondas o los museos de arte contemporáneo. En fin, los bonos nos hablan al menos de libertad y la libertad suele tener mejores consecuencias casi siempre que el dirigismo interesado de unos pocos.
0 comentarios