José Carlos Llop: la libertad del escritor insular, por Anna María Iglesia

por | Ene 10, 2021 | José Carlos Llop: una conversación | 0 Comentarios

Como BorgesJosé Carlos Llop quiso ser ante todo poeta —«yo siempre quise ser poeta y a partir de un momento dado me supe poeta. Pero uno es poeta cuando escribe poesía. En ese momento concreto, quiero decir»— y como su admirado Philip Larkin fue bibliotecario. Su Mallorca natal tiene algo de la Venecia de Joseph Brodsky y de la Trieste de Claudio Magris e Italo Svevo, que no fue bibliotecario, pero dividía su día entre la escritura y su trabajo en la Unión Banquera. Y es que en la Mallorca de Llop confluye la gran tradición de Mitteleuropa con la cultura mediterránea, confluencia que se inscribe a su vez en las páginas del traductor, poeta y narrador del que ahora la editorial Elba publica una extensa e interesantísima conversación con Nadal Suau y Daniel Capó (José Carlos Llop: una conversación).

Recuerda Llop que el «turismo empieza en la isla mucho antes de que el turismo empiece como tal» y que «Mallorca es una isla que está en la Historia más que otras islas del Mediterráneo», en gran medida por su inserción y diálogo constante con los «cánones occidentales» desde la época de Ramón Llull y por ser destino de viajeros, literatos y artistas como Gaston VuillardCharles WoodGeorge SandChopinPaul MorandGertrude Stein o, más recientemente, Albert Camus o Robert Graves. La isla fue, además, lugar de residencia de Camilo José Cela, quien fundó precisamente en Son Armadans la revista del mismo nombre por donde pasaron, entre escritores y artistas, casi todos y fue ahí, en esa misma isla, donde se crearon las conversaciones de Formentor, tomando nombre de la playa ante la cual tenían lugar, y cuya repercusión, sobre todo gracias al premio que se otorga, trasciende los límites insulares y nacionales. Este culturalismo, en palabras del propio Llop, influyó en él, en su relación con la tradición y con la lengua —«mi relación con la lengua nunca ha sido maximalista», confiesa, «he buscado la música de la poesía catalana en la mía»— combinando tanto en su vida como en su literatura lo catalán —y, consecuentemente, lo mallorquín— con lo peninsular y con lo europeo, reivindicando tanto el carácter insular como el mediterráneo: «En el Mediterráneo es todo uno: ganas y no pierdes nunca. Y el fatalismo forma parte de nuestra cultura, de toda cultura mediterránea: la madre de la filosofía, de la religión, del comercio, de Europa, de la guerra, de la literatura como memoria…».

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Daniel Capó

Daniel Capó

Casado y padre de dos hijos, vivo en Mallorca, aunque he residido en muchos otros lugares. Estudié la carrera de Derecho y pensé en ser diplomático, pero me he terminado dedicando al mundo de los libros y del periodismo.

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