Foto: Monika Flueckiger
No es necesario acudir a la malograda historia del Imperio español para situar a Holanda en el eje del mapa europeo. Holanda resume el sustrato calvinista del comercio y la luz burguesa de los interiores; la elevada ética de Spinoza y la pintura intimista de sus maestros; la tolerancia generosa en las costumbres y la libre iniciativa empresarial; el Concertgebouw, Rembrandt y Ruysdael; y también la proyección de una ciudad abierta, culta y cosmopolita como Amsterdam. Holanda configura una de las Europas posibles y seguramente no la peor.
Fuente: The Objective.
Artículo completo: La agenda holandesa.
0 comentarios