Foto: Pablo Fuentes
La Historia nos sorprende con giros inesperados. Después del 45, la posguerra europea se construyó sobre el anhelo de una sociedad sin grandes diferencias de clase. El pacto entre la democracia cristiana y los socialdemócratas se sustanció en lo que hoy conocemos como Estado del Bienestar. Fue un medio siglo dorado para Europa: la demografía y la paz jugaban a favor del crecimiento económico que, a su vez, revertía en mejores salarios para los trabajadores y en una generosa red de protección social: sanidad y educación públicas, seguro de desempleo, trabajo estable, pensiones ventajosas, vacaciones pagadas, semanas laborales de 40 horas, etc. Así fue apareciendo una poderosa clase media llamada a cambiar la fisonomía del consumo y de la cultura europea. En los Estados Unidos, el proceso no fue exactamente igual –en parte por su mayor desconfianza hacia lo público–, pero en el fondo tampoco fue tan distinto. Durante los años 60, el presidente Johnson declaró la “Guerra contra la pobreza” e, incluso en los 80, el conservador Ronald Reagan no hizo mucho por disminuir el déficit presupuestario. Con el paso de los años, sin embargo, el sueño de una clase media universal se ha ido erosionando. En nuestro siglo, la pobreza ha regresado como un factor político clave.
Fuente: The Objective.
Artículo completo: La atomización social.
0 comentarios