La fascinación por Carl Schmitt recorre con su sombra la integridad del siglo XX. Como todos los pensadores peligrosos, su ideario no resulta neutral sino que respira la esencia misma de la política, que es animal. Schmitt consideraba que, en política, la principal distinción se perfila en torno a dos conceptos opuestos, prácticamente antagónicos: el de amigo y enemigo, que pugnan sin descanso por el control del poder.
Fuente: The Objective
Artículo completo: Amigo y enemigo.
Te felicito Daniel por tu terso e interesante artículo sobre la relevancia del pensamiento de Carl Schmitt para las actuales y futuras guerras cibernéticas. Los pensadores como Schmitt son precisamente peligrosos no solamente por su relativismo moral, que por su puesto es bastante peligroso en sí, sino también por ser apologetas del poder y del orden político. Como tu bien dices, Schmitt fue un crítico iracundo del parlamentarismo y la democracia liberal, pero favoreció la democracia plebiscitaria poniendo en riesgo el estado de derecho. Eso lo puede convertir en un paladín del populismo actual ya sea de izquierda o de derecha. Dicho populismo presenta un gran reto al estado de derecho y por ende a los derechos civiles y políticos que tanto esfuerzo nos ha costado conquistar.
Saludos,
Vicente Medina