Un velero encalla en las costas del norte de Francia. Responde al nombre de Maison Jacobs. En la playa, un viejo con boina anota el canto callado de los peces. Unos niños juegan al balón: ¡Olivier!, ¡Olivier!, gritan. Sobre la arena, los trazos borrosos de un haiku y los restos de un collage hecho con una caracola y dos estrellas de mar. Sólo la niebla, nos advierte de que se trata de un sueño.
Maison Jacobs


Daniel Capó
Casado y padre de dos hijos, vivo en Mallorca, aunque he residido en muchos otros lugares. Estudié la carrera de Derecho y pensé en ser diplomático, pero me he terminado dedicando al mundo de los libros y del periodismo.
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