Los libros que no he leído | Joseba Louzao

por | Jun 9, 2017 | Los Libros Que No He Leído | 0 Comentarios

¿Qué libro que no he leído me ha influido más?

La estrella de la redención de Franz Rosenzweig.

Estudiar en la universidad vasca de principios de este siglo te hacía enfrentarte irremediablemente a la autodenominada propaganda antisionista, que terminaba siendo un remedo de la más rancia judeofobia. Cualquiera que, dentro o fuera de las aulas, comenzaba a analizar la situación en Oriente Medio concluía su perorata con los típicos mitos antisemitas de antaño sobre la conspiración mundial. Parecía que los judíos –llegados a este punto ya se habían olvidado que hablaban de los sionistas- siempre eran los responsables de todo mal habido o por haber. Que unos autocomplacientes nacionalistas, aunque vistieran su discurso de un falso internacionalismo, criticaran a los israelíes por su nacionalismo tenía su aquel. Más si cabe, cuando esas denuncias procedían de los perpetradores o defensores del terror cotidiano. Aunque no quiero ser injusto con mi memoria. También había algunas voces que desentonaban en esta panorama y participaban de las discusiones de forma mucho más matizada.

En cualquier caso, no podía comprender semejante inquina. En el Bachillerato, en uno de esos períodos de lectura febril, había descubierto a varios escritores judíos que aún me acompañan hoy, como son Amos Oz, Yehuda Amijai o David Grossman. A estos se fueron sumando muchos otros autores centroeuropeos del período de entreguerras, cuyas obras fueron conformando mi educación intelectual. Era un pequeño acto de rebeldía o, al menos, así lo viví por aquellos días. Al final, di un paso más y me adentré en el pensamiento y la teología judía de la mano de autores como Emmanuel Lévinas, Martin Buber, Gershom Scholem y Vladimir Jankélévitch. Según iba aprendiendo nuevas lecciones, aparecía con cierta constancia la sombra de Franz Rosenzweig. Pero nunca le presté demasiada atención. El título de su obra más popular, La estrella de la redención, no me invitaba a la lectura. La palabra redención no era atractiva y su carga semántica me detenía. Hasta que hace unos meses me lo encontré en una estantería de la biblioteca, mientras buscaba otro ejemplar de pensamiento judío. Su lomo sobresalía sobre los demás y me pregunté: ¿por qué no?

Entonces descubrí que, probablemente, sea el libro que más me había influido sin haberlo leído jamás. Página a página se me fue revelando un pensamiento que me resultaba demasiado cercano, incluso diría –si no supiera lo tramposo de la afirmación- que me era propio. Otras lecturas me habían introducido en el mundo de Rosenzweig, que yo había hecho mío sin darme cuenta. Publicado en 1921, La estrella de la redención está marcado por la Gran Guerra y por el redescubrimiento del judaísmo. Rosenzweig se enfrenta con sutileza al sistema construido por Hegel, que todavía sigue teniendo demasiados epígonos en la actualidad. Frente a la preeminencia hegeliana de la idea, el pensador judío nos recuerda que la prioridad está en la palabra. En definitiva, la palabra es lo que nos permite el diálogo y el encuentro. La antropología de Rosenzweig nos muestra la importancia de la carne y de la palabra, aquello que nos permite abrirnos al otro. Y es que Rosenzweig defiende la singularidad frente a la totalidad al entender que la realidad como relación.

Como afirmaba Gabriel Zaid, “hay en la experiencia de leer una felicidad y libertad que resultan adictivas. Esto explica el vigor de la tradición. La lectura libera. Se extiende a leer el mundo, la vida, quiénes somos y en dónde estamos”. La lectura de La estrella de la redención nos sigue liberando e invitando a mantener una conversación infinita. Ésta es una experiencia extraordinaria. Rosenzweig continuará siendo nuestro contemporáneo por mucho tiempo.

Joseba Louzao es historiador y, en la actualidad, trabaja en el Centro Universitario Cardenal Cisneros (Universidad de Alcalá de Henares). En ocasiones, colabora con medios como ABC Cultural, The Objective o Nueva Revista. Ha publicado el libro Soldados de la fe o amantes del progreso: catolicismo y modernidad en Vizcaya (1890-1923) (Genueve Ediciones).

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Daniel Capó

Daniel Capó

Casado y padre de dos hijos, vivo en Mallorca, aunque he residido en muchos otros lugares. Estudié la carrera de Derecho y pensé en ser diplomático, pero me he terminado dedicando al mundo de los libros y del periodismo.

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