La coalición que no pudo ser

por | May 23, 2016 | Política | 1 Comentario

Las primeras encuestas pronostican el alcance del grave error estratégico del PSOE. Frente a la pequeña coalición que aúna a Podemos, las Confluencias e Izquierda Unida, los socialistas tuvieron en sus manos anclar a la España constitucional en su centro con una gran coalición. Lo tenían todo a su favor, menos la sentimentalidad banal de la división entre derecha e izquierda.

El PSOE podría haber pedido la cabeza de Rajoy y, al final, el PP seguramente se la hubiera concedido. El PSOE podría haber pedido una vicepresidencia para Sánchez y algunos ministerios clave. Ciudadanos jugaba como bisagra en un movimiento hacia el centro que tenía todo el sentido. La triple alianza sellaba el cambio generacional y dotaba al país de la estabilidad necesaria. Con cuatro años se podía afrontar la imprescindible modernización de las instituciones y la reforma constitucional. La gran coalición hubiera permitido llegar a importantes acuerdos de Estado sobre asuntos cruciales: la financiación autonómica, la calidad del sistema educativo, la reforma de las pensiones y del mercado laboral, el complemento salarial para las rentas más bajas, el control del déficit, el diseño de un nuevo modelo tributario… La gran coalición, además, representaba un ejercicio de responsabilidad que hubiera demostrado la madurez del sistema político español. Se pactaba no para preservar el statu quo nacional, sino para reformarlo. No se pactaba en contra de nadie ni en nombre de las retóricas del enfrentamiento, sino a favor de todos. El pacto hubiera sido una señal para Europa, en un momento en que el proyecto de la Unión se ve asediado por múltiples frentes y ninguno bueno: la enorme presión migratoria y la gestión de las fronteras, la crisis de la deuda y el amodorramiento económico, el retorno de los nacionalismos y la amenaza del Brexit, las difíciles relaciones con la Rusia de Putin y la crecida de los populismos –de Syriza a Marine Le Pen–. En ese punto de diferencia, que sitúa a España como un problema añadido para Europa o como una apuesta por la estabilidad y el crecimiento, se concentraba una oportunidad de prestigio y de credibilidad. Una oportunidad que se ha perdido.

Al final, la gran coalición no pudo ser por el regateo de la pequeña política y por el miedo a romper con la imagen establecida. Rajoy calculó que sus posibilidades de éxito pasaban por un aumento de la abstención y por su capacidad de atraer el voto más conservador de Ciudadanos. De hecho, tomó la decisión dejándose guiar por su intuición política, que es poderosa, y no como estadista. Pedro Sánchez, por su parte, bailó un cancán sin sentido claro y el PSOE no sólo sigue en tierra de nadie –asediado por todos sus rivales–, sino más debilitado que nunca. Si algunas sombras son alargadas, la de Zapatero se ha convertido en un agujero negro de difícil gestión para la socialdemocracia española; y Sánchez, con su ingenuidad, no parece el hombre destinado a reconducir un navío que marcha peligrosamente a la deriva. El hundimiento del PSOE resulta, con diferencia, la peor noticia posible para la democracia española. El derrumbe de los imperios provoca seísmos en la Historia. Y el PSOE ha sido el partido central de nuestra democracia desde el arranque de la Transición. Pensar que su eventual caída no tendrá consecuencias supone sencillamente una ingenuidad.

La pequeña coalición saca partido de los egoísmos que frustraron la gran coalición. Algunos se empeñan a jugar con fuego, aun a costa del país que dicen defender. El problema de asumir continuamente riesgos excesivos ya se sabe cuál es: que, en ocasiones, pierdes. Y esas derrotas resultan luego difíciles de cauterizar.

Artículo publicado en Diario de Mallorca.

Daniel Capó

Daniel Capó

Casado y padre de dos hijos, vivo en Mallorca, aunque he residido en muchos otros lugares. Estudié la carrera de Derecho y pensé en ser diplomático, pero me he terminado dedicando al mundo de los libros y del periodismo.

1 Comentario

  1. Que claro lo pones, lo leerán ellos y verán lo mediocres que son y se apartarán?

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