Sacudidas menores

por | Jun 25, 2014 | Política | 0 Comentarios

Hay que prestar atención a las sacudidas menores. En agosto, por ejemplo, se forman frágiles capas de hielo que, al reflejar la luz solar, acrecientan el efecto invernadero. No deja de ser curioso que el incremento de temperaturas por el cambio climático dependa menos de los campos nevados del invierno que del frío fugaz del verano o de las ventosidades de la cabaña bovina. En un mundo inestable, los equilibrios resultan precarios. De una importancia secundaria serían también las elecciones europeas – desde luego, así queda registrado en el subconsciente de la mayoría de los votantes -, pero los efectos sísmicos se han reproducido en cadena: la irrupción de un movimiento antisistema (Podemos) dirigido por un líder mediático como Pablo Iglesias, la repentina dimisión de Rubalcaba, la abdicación del rey y la inmediata proclamación de Felipe VI, el sorpasso en Cataluña de ERC y el deterioro del bipartidismo. Ante la sangría de votos, el PP de Rajoy se ha visto obligado a responder con celeridad activando un doble plan de emergencia: una sensible rebaja en el IRPF y el relato de la estabilidad parlamentaria; o, lo que es lo mismo, la promesa de posicionarse como el partido del orden y de las amplias clases medias.

En la oposición, el PSOE busca suturar sus heridas cambiando la alineación titular. La soledad de Rubalcaba recuerda a la de Vicente del Bosque en Brasil, abandonado por los suyos y por la afición, ni siquiera digno de lástima. El viejo león socialista se marcha habiendo prestado un último servicio a España, al facilitar en el Parlamento la sucesión de la Corona. Rubalcaba ha pasado de ser el dirigente más odiado por la derecha española a ser el deseado por su sentido de Estado. Se le ha definido como un hombre de consensos y de pactos, lo cual constituye una rareza en nuestro país. “Un español – sostiene el insigne republicano José Castillejo en Democracias destronadas – tiene o la psicología de un dictador o el temperamento de un legislador. “Mi voluntad por fuerza” o “mi voluntad por ley”, pero siempre “mi voluntad”. La idea de libre compromiso o de arbitraje le es totalmente ajena”. En este linaje del republicanismo liberal – que sería también el de la monarquía parlamentaria -, Felipe VI se definió el jueves como un rey de la concordia y para la concordia, un símbolo de consenso llamado a “escuchar, aconsejar, advertir”, pero privado lógicamente de la facultad de gobernar. También como un rey leal a la Constitución y al gobierno legítimo, a las normas del juego y a la independencia de poderes. Se trata del sabio credo de la democracia representativa: acuerdos, cesiones y equilibrios. En el Congreso hablaron Mas y Urkullu con Núñez Feijóo, Miquel Roca con Herrero de Miñón, Felipe González con José María Aznar y Rodríguez Zapatero. Los hay que sueñan con un protectorado europeo que atempere el carácter nacional, tan dado a los movimientos pendulares. No en vano, la Europa comunitaria se ha edificado desde el pacto y sobre el pacto, entre los ciudadanos, los despachos y los Estados, como apunta el soberbio politólogo holandés Luuk van Middelaar. La España democrática de los últimos treinta años se ha construido del mismo modo. Es un capital que no deberíamos tirar por la borda.

Sacudidas menores. Todos los actores principales han iniciado ya sus movimientos. Algunos son de carácter simbólico, como la proclamación de un nuevo rey. Otros se interpretan en clave electoral, como la rebaja fiscal firmada por Montoro. Un factor crucial para el futuro de este país, va a ser el relevo en el PSOE. A pesar de las encuestas, con el transcurrir de los días, sube la apuesta por Pedro Sánchez y pierde puntos Eduardo Madina. Sánchez, telegénico y políglota, profesor de universidad, dicen que es el protegido de Bono. Vende renovación, aunque nadie sabe cuál es su sentido del timing ni su auténtico instinto político. Madina ha cometido errores de bulto a lo largo de estas últimas semanas y no deja de resultar sintomática la frialdad con que ha sido acogida su candidatura por los socialistas vascos. Se ha escrito también que mantiene una mala relación personal con Susana Díaz y muy buena, en cambio, con Rodríguez Zapatero. Al socialismo español llega una generación nueva. Sacudidas menores, sí. O no tanto.

Artículo publicado en Diario de Mallorca.

Daniel Capó

Daniel Capó

Casado y padre de dos hijos, vivo en Mallorca, aunque he residido en muchos otros lugares. Estudié la carrera de Derecho y pensé en ser diplomático, pero me he terminado dedicando al mundo de los libros y del periodismo.

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