Los hábitos del corazón

por | Abr 12, 2012 | Animal Social | 0 Comentarios

Los hábitos del corazón forman parte de La teoría de la cordura que ha elaborado el antropólogo Higinio Marín. Dichos hábitos serían las virtudes y los vicios que anidan en nosotros, conforman nuestro carácter y definen nuestra personalidad. Tocqueville, que fue quien acuñó el concepto en su clásico La democracia en América, usaba esta expresión en su sentido social, para definir la caracterología de una nación, pero también lo podríamos usar a nivel individual. Empleando otra terminología, y desde una perspectiva más científica que filosófica, el premio nobel de Economía Daniel Kahneman ha escrito sobre el papel del inconsciente en la toma de decisiones. El autor de Think fast and slow nos recuerda que nuestras resoluciones dependen de muchos factores, no todos racionales.

Se ha investigado, por ejemplo, la importancia de lo que se denominan las habilidades no cognitivas en el logro académico. Se trata de recursos como la resiliencia, el esfuerzo, el entusiasmo, la capacidad de empatía…, que se desarrollan a edades muy tempranas, a menudo antes de los cinco años. En realidad, decidimos con todo el peso de nuestro ser y al hacerlo vamos forjando nuestro carácter y construyendo los hábitos que nos definen: “Pensar – escribe Marín – que nuestra posición cognitiva ante el mundo y ante nosotros mismos es indiferente a nuestra comprensión vital de las relaciones paterno-filiales o de las relaciones sexuales, la muerte, el alcance del perdón o la esperanza es, sencillamente, negligente”.

A raíz de la crisis, se ha puesto de moda estudiar el porqué del éxito o del fracaso de las naciones. McCloskey ha incidido, por ejemplo, en el papel de la retórica burguesa y en las virtudes que defiende cada sociedad. No nos alejamos, pues, de esa particular genealogía de la humanidad que son los hábitos del corazón. ¿Hasta qué punto en la raíz de los problemas económicos y sociales de hoy no se encuentra una carencia moral, una quiebra de las virtudes? Me temo que despreciar lo mejor de la tradición, su herencia depurada, no denota modernidad sino ignorancia.

Artículo publicado en Ambos Mundos.

Daniel Capó

Daniel Capó

Casado y padre de dos hijos, vivo en Mallorca, aunque he residido en muchos otros lugares. Estudié la carrera de Derecho y pensé en ser diplomático, pero me he terminado dedicando al mundo de los libros y del periodismo.

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